Por Clovis Díaz de Oropeza F.
Originarios de la Chiquitania, emplearon el término “colonialismo aymara” para identificar a grupos “interculturales” provenientes de los departamentos de Cochabamba y La Paz, cuyo objetivo sería apropiarse de tierras en el área rural del Oriente boliviano.
El representante de las etnias chiquitanas, Lázaro Tacoo, dijo que “no permitirán que organizaciones interculturales del interior del país tomen sus tierras y los desplacen” (…) “Tacoo, considera que la penetración de interculturales no busca otra cosa que borrar la cultura y costumbres de los pueblos de tierras bajas” (EL DEBER, 26 de junio 2021).
La posición de Lázaro Tacoo, posiblemente devele un nuevo escenario en el contexto nacional: aguas turbias en el sector indígena.
Aunque la actual Constitución reconozca lo plurinacional, lo cierto es que cada etnia, reclama y sostiene su derecho inalienable a un territorio específico, inviolable, defendido incluso con las armas .En el área occidental de nuestro país, valga citarlo, comunidades indígenas hace años reclamaron para sí, minas que se estaban explotando en “su territorio” por empresas privadas.
Las etnias aymara, quechua, guaraní, chiquitana entre otras, asumen que sus territorios, son una patria aparte desde tiempos inmemoriales y que Bolivia no las representa, sin embargo, la realidad tarde o temprano se impone porque así manda nuestra Constitución y las leyes bolivianas.
En consecuencia, las etnias tienen sus límites territoriales pero, de ninguna manera, están facultadas para actuar como si estarían por encima de la CPE, es decir, independientes del Estado boliviano cuyo territorio se refleja en el mapa, dividido en nueve departamentos y sus respectivas provincias, cantones ,etc.
Somos un conjunto de etnias y pueblos, cuyo territorio, en primera y última instancia pertenece a Bolivia como Nación desde 1825.
Un sistema federal como propuesta, tampoco es la vía para que cada distrito posponga nuestra heredad nacional. Reitero, Bolivia es una sola pero por supuesto, los bolivianos estamos obligados a obedecer nuestra CPE y las etnias deben entenderlo, como también los grupos denunciados que intentarían ocupar espacios en cualquier punto de nuestro país.
Las aguas turbias que se anuncian en los grupos étnicos, precisan seguir el gran curso del río cristalino, que se llama Bolivia.
Presencia precolombina en las tierras cálidas como testimonian las fotos tomadas en Sud Yungas de La Paz, año 2001.